El líder juvenil conservador y fundador de Turning Point USA fue asesinado durante un evento en la Universidad de Utah Valley, lo que reaviva las alertas por la violencia política en Estados Unidos.
OREM, UTAH – El comentarista y activista Charlie Kirk, de 31 años, considerado uno de los rostros más influyentes del movimiento conservador estadounidense y cercano al presidente Donald Trump, murió este miércoles 10 de septiembre tras recibir un disparo en el cuello durante un acto público en la Universidad de Utah Valley.
El ataque ocurrió en medio de una actividad masiva donde participaban unas 3.000 personas. Según las autoridades, el autor habría actuado en solitario, aunque la investigación permanece abierta. Inicialmente se informó que había un detenido, pero esa versión fue descartada horas más tarde por el FBI.
Trayectoria e influencia
Kirk se convirtió en un referente político desde que fundó en 2012 la organización Turning Point USA, presente en más de 850 campus universitarios y con una recaudación anual de más de 90 millones de dólares. Su labor de movilización juvenil y su programa The Charlie Kirk Show lo proyectaron como uno de los principales ideólogos del trumpismo, particularmente en el electorado joven masculino.
Reacciones inmediatas
El presidente Donald Trump lamentó su muerte y ordenó que las banderas en edificios oficiales ondeen a media asta hasta el domingo. “El gran, incluso legendario, Charlie Kirk ha muerto. Nadie entendió o tuvo el corazón de los jóvenes en Estados Unidos mejor que él. Era querido y admirado por todos, especialmente por mí”, escribió en su red Truth Social.
El hecho fue calificado como un “asesinato político” por el gobernador republicano de Utah, Spencer Cox, mientras que líderes demócratas como Joe Biden y Gavin Newsom condenaron el atentado y llamaron a rechazar la violencia política.
Contexto de violencia política
El asesinato de Kirk se suma a una serie de hechos recientes en Estados Unidos, como el atentado contra Trump en Pensilvania en 2024, el ataque contra Paul Pelosi en su domicilio y el homicidio de la legisladora Melissa Hortman este año. Estos episodios reflejan una preocupante escalada de violencia vinculada a la polarización política.