El presidente estadounidense reconoció que no descarta una guerra y anunció más incautaciones de petroleros, profundizando la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro
WASHINGTON D. C., ESTADOS UNIDOS – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que no descarta la posibilidad de una guerra con Venezuela, en una declaración que marca un giro relevante en su postura pública frente al gobierno de Nicolás Maduro. La advertencia fue emitida durante una entrevista telefónica con NBC News, grabada el jueves y difundida este viernes 19 de diciembre de 2025, en un contexto de creciente tensión militar, económica y diplomática entre ambos países.
La administración estadounidense ha intensificado en las últimas semanas una serie de operaciones marítimas, bloqueos e incautaciones de cargamentos petroleros, además de ataques a embarcaciones que Washington atribuye al narcotráfico. Solo en el Caribe y el Pacífico, Estados Unidos ha ejecutado 28 intervenciones, que según la Casa Blanca se dirigieron a “lanchas vinculadas al narcotráfico”, aunque han generado críticas por la cantidad de víctimas fatales.
El martes 16 de diciembre, Trump ordenó bloquear la entrada y salida de todos los petroleros sancionados que operan en puertos venezolanos, una semana después de la incautación de un buque cargado con crudo frente a las costas del país sudamericano.
A modo de advertencia, el mandatario aseguró que habrá más confiscaciones:
“Depende. Si son tan insensatos como para seguir navegando, serán llevados a uno de nuestros puertos”, señaló a NBC.
Consultado sobre si el objetivo final de su estrategia es derrocar a Nicolás Maduro, evitó la confirmación directa:
“Él sabe exactamente lo que quiero. Él lo sabe más que nadie”, dijo, recordando que ambos sostuvieron una llamada telefónica en noviembre.
Analistas consideran que el hecho de que Trump reconozca públicamente la posibilidad de un conflicto bélico constituye un cambio de tono respecto de la línea que defendió durante su campaña: evitar que Estados Unidos se involucrara en guerras prolongadas en el extranjero, alejándose de la doctrina tradicional del Partido Republicano.
Sin embargo, el mandatario enfrenta críticas internas por centrarse en la política exterior en un periodo marcado por presiones económicas internas, especialmente por el alza del costo de la vida.
Cualquier acción militar mayor, incluyendo una declaración formal de guerra, requiere la autorización del Congreso. El Partido Demócrata insiste en que ese aval también es necesario para los ataques contra las embarcaciones acusadas de transportar drogas.
En paralelo, Trump aprovechó un discurso televisado en horario estelar para anunciar un “dividendo guerrero” de USD 1.776 para cerca de un millón y medio de miembros de las Fuerzas Armadas. Aseguró que el pago sería financiado con ingresos provenientes de aranceles, aunque fuentes del Senado indicaron que los fondos provienen de recursos originalmente destinados a vivienda militar, asignados por la ley One Big Beautiful Bill.
