Al igual como a fines de los 90 la tecnología digital envió directamente al basurero a los reproductores de VHS y caseteras que proliferaban en el país, algo similar está por ocurrir con internet. La alerta la encendió el agotamiento del
sistema que permitió su masificación mundial: El protocolo IP versión 4 (o IP4), que asigna una dirección alfanumérica única a cada servidor, página web y aparato (desde celulares hasta megacomputadores) que se conecta a la web y que ahora llegó a su fin. Una especie de “placa patente” como la que usan los vehículos para circular por calles y autopistas.
Aunque hace más de cinco años que en Chile se conoce esta realidad, la falta de un ente coordinador y de incentivos para las empresas impide determinar qué grado de avance tiene el país en su evolución hacia el nuevo sistema IP versión 6 (IP6), que entregará una nueva generación de direcciones IP en el mundo.
Un problema que según las empresas de telecomunicaciones y NIC Chile (ente que administra en el país los dominios web) involucra una inversión de varios millones de dólares.
El director técnico de NIC Chile, José Miguel Piquer, explicó que debido a la masificación tecnológica se está agotando el stock de direcciones IP asignadas a cada continente para navegar en la web.
En América Latina quien otorga estas direcciones IP es el Registro de Direcciones de Internet (Lacnic), que el mes pasado anunció que se habían agotado las IP de libre acceso y que mantenía una reserva de sólo cuatro millones para la región.
La industria proyecta que en los próximos meses Lacnic entrará en “Fase 3”, es decir que sólo entregará -por orden de llegada- una mínima asignación de IP por solicitante. Quienes acuden a Lacnic son los grandes proveedores de internet o de tecnología que, a su vez, mantienen su propio stock de IP4. Juntando todas esas reservas, la región agotaría su última IP definitivamente en 2016, estimó Piquer.