El fenómeno de los objetos voladores no identificados (OVNIs) sigue generando interés y especulación en la ciudadanía. Así lo revela una reciente encuesta de Cadem que muestra que el 27% de los chilenos considera muy probable que los extraterrestres se contacten con la humanidad antes del año 2030, mientras que un 59% manifiesta interés en informaciones y noticias relacionadas con vida extraterrestre y avistamientos inexplicables.
Uno de los datos más curiosos de la medición apunta a que, en caso de que un OVNI aterrizara en territorio chileno, la ciudad de Talca, en la Región del Maule, sería el lugar más probable para recibir a los visitantes, concentrando el 15% de las preferencias, por encima de la capital, Santiago, que obtuvo un 14%.
Este interés ciudadano no es un fenómeno aislado. En países como Estados Unidos, el gobierno ha publicado diversos informes oficiales reconociendo fenómenos aéreos no identificados, denominados actualmente como UAP (por sus siglas en inglés). Solo en los últimos años, entidades como la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) y la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) han reconocido más de 800 incidentes documentados, algunos de ellos sin explicación satisfactoria, pese al análisis técnico y científico.
En Chile, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) también aborda el tema de manera oficial. Desde 1997 opera una unidad especializada, hoy conocida como Sección de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (SEFAA), que investiga reportes de avistamientos en el espacio aéreo nacional. Aunque la mayoría de los casos tienen explicaciones naturales o técnicas —como aviones, satélites o fenómenos meteorológicos— algunos permanecen sin resolución definitiva, alimentando la curiosidad y la especulación pública.
A nivel internacional, la discusión ha tomado fuerza en los últimos años, con audiencias en el Congreso de EE.UU., solicitudes de mayor transparencia y el reconocimiento de que existen fenómenos aéreos que requieren mayor estudio, tanto por su comportamiento inusual como por sus posibles implicancias en seguridad aérea y defensa.
La percepción de los chilenos respecto a los OVNIs, sumada al creciente interés internacional en su estudio formal, refleja una apertura cultural y científica a investigar lo que aún permanece fuera de toda explicación convencional. Talca, al parecer, no solo destaca por su desarrollo regional, sino también por ser vista como una puerta posible al contacto con lo desconocido.
