La tensión entre Estados Unidos e Irán escaló drásticamente, luego de que el presidente Donald Trump lanzara una contundente advertencia al régimen de Teherán a través de su plataforma Truth Social, asegurando que la paciencia de su país «se está agotando». Minutos más tarde, Trump redobló el tono de su mensaje, exigiendo a Irán una “¡RENDICIÓN INCONDICIONAL!”.
Estas declaraciones surgen en un contexto de creciente incertidumbre respecto al rol que podría asumir Estados Unidos en el actual conflicto entre Israel e Irán. En los últimos tres días, al menos 30 aviones militares estadounidenses han sido trasladados desde distintas bases en EE.UU. hacia Europa, según datos revisados por el equipo de BBC Verify.
Las aeronaves movilizadas corresponden a aviones cisterna del tipo KC-135, especializados en reabastecimiento en vuelo para bombarderos y aviones de combate. Siete de estos aparatos hicieron escala en bases aéreas de España, Escocia e Inglaterra, antes de ser observados el pasado martes 17 de junio volando hacia el este de Sicilia. Uno de ellos aterrizó en Creta, mientras que los otros seis no registraron destino declarado.
Aunque no se ha confirmado oficialmente que estas maniobras estén directamente ligadas al conflicto en Medio Oriente, expertos consultados por la BBC calificaron los movimientos como “sumamente inusuales”. Justin Bronk, analista del Royal United Services Institute, sostuvo que estos despliegues son “muy indicativos” de planes de contingencia para respaldar operaciones de combate intensivo en la región.
A estas acciones se suma el desplazamiento del portaaviones USS Nimitz, que abandonó el mar de China Meridional con rumbo hacia Medio Oriente, tras la cancelación de una actividad prevista en Vietnam. Datos de seguimiento marítimo lo ubicaron recientemente cruzando el estrecho de Malaca, escoltado por destructores armados con misiles guiados.
Paralelamente, EE.UU. ha reforzado su presencia aérea en Medio Oriente mediante el envío de cazas F-16, F-22 y F-35, según reportaron funcionarios de defensa a la agencia Reuters. Estos aparatos podrían ser reabastecidos por los aviones cisterna desplegados en Europa.
Las tensiones se incrementaron tras un ataque de Israel a instalaciones nucleares iraníes el pasado viernes, un día después de que venciera el plazo impuesto por Donald Trump para que Irán alcanzara un nuevo acuerdo que detuviera su programa nuclear.
En ese escenario, el vicepresidente estadounidense J.D. Vance sugirió en redes sociales que su país podría intervenir militarmente, afirmando que Trump “podría decidir que necesita tomar más medidas” para detener el programa nuclear de Teherán.
Se estima que Irán mantiene dos principales centros de enriquecimiento de uranio: Natanz y Fordo. Ambos están altamente protegidos y enterrados bajo tierra, lo que obligaría a utilizar bombas del tipo GBU-57A/B, conocidas como “destructoras de búnkeres”, lanzadas exclusivamente desde bombarderos B-2.
Aunque a fines de marzo se reportó la presencia de bombarderos B-2 en la base estadounidense de Diego García —ubicada a unos 3.800 km de Irán—, imágenes satelitales recientes ya no muestran su permanencia en el lugar. Expertos consideran que su eventual regreso a la isla podría ser una señal clave antes de cualquier intervención directa contra instalaciones iraníes.
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