El mundo del misterio y lo paranormal vuelve a estremecerse tras la sorpresiva muerte de Dan Rivera, investigador de fenómenos inexplicables y uno de los rostros más reconocibles de la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra (NESPR), quien falleció el pasado domingo 13 de julio mientras participaba en una gira itinerante en Gettysburg, Pensilvania, que incluía la exhibición de objetos asociados al museo fundado por Ed y Lorraine Warren, entre ellos, la controvertida muñeca Annabelle.
De acuerdo con el informe oficial emitido por la Policía Estatal de Pensilvania este miércoles 16, Rivera, de 54 años, fue hallado sin vida en su habitación de hotel en Straban Township, sin signos visibles de violencia o causas sospechosas. Aunque los intentos de reanimación realizados por los servicios de emergencia fueron inmediatos, resultaron infructuosos. La causa oficial de su muerte permanece bajo investigación.
El cuidador de un ícono del terror moderno
Rivera, veterano del Ejército de Estados Unidos y experto en rituales y fenómenos paranormales, se había ganado un lugar destacado en la NESPR por su carisma, rigurosidad y cercanía con el público. Era además la figura encargada de representar en redes sociales a Annabelle, la muñeca de trapo supuestamente poseída cuya historia inspiró una de las franquicias más exitosas del cine de terror moderno: El Conjuro y su saga derivada.
Su partida ha sido profundamente sentida por la organización, que en un comunicado expresó: “Dan no solo fue un pilar en nuestro equipo por más de una década, también fue un amigo compasivo, leal y dedicado. Sabemos que su trabajo despertó la fascinación de muchos, pero sobre todo, Dan era padre, esposo devoto y amigo leal”.
La leyenda que no muere
La historia de Annabelle se remonta a finales de la década de 1960, cuando una joven enfermera recibió como obsequio una muñeca Raggedy Ann. Poco después, comenzaron a registrarse episodios de supuestos fenómenos paranormales, desde movimientos inexplicables hasta ataques físicos a quienes la rodeaban. El caso fue investigado por Ed y Lorraine Warren, quienes determinaron que la muñeca no estaba habitada por un espíritu benigno, sino por una entidad demoníaca que intentaba poseer a los vivos.
Desde entonces, la muñeca fue encerrada en una vitrina reforzada dentro del museo de los Warren, acompañada por advertencias explícitas de no abrir su contenedor. A pesar del cierre del museo en 2019, la figura de Annabelle se mantuvo como uno de los símbolos más potentes del miedo contemporáneo.
Una gira marcada por la controversia
La gira “Devils on the Run”, lanzada este año 2025 por la NESPR, buscaba acercar al público a parte del legado físico de los Warren mediante la exhibición de objetos de su museo. Aunque la organización aclaró en diversas oportunidades que la muñeca original Annabelle no era parte física del tour, los rumores comenzaron a proliferar luego de que, en una parada en Louisiana, asistentes aseguraran haber visto su vitrina vacía, lo que derivó incluso en teorías sobre una posible «liberación» de la entidad.
El propio Dan Rivera desmintió los rumores a través de TikTok, mostrando a Annabelle en su vitrina dentro del museo en Connecticut y aclarando que lo que se exhibía en el tour eran réplicas autorizadas, no la pieza original. Aun así, el temor creció cuando, en coincidencia con el episodio, se produjo un incendio menor en el recinto de la muestra, lo que avivó aún más las versiones sobrenaturales.
¿Coincidencia o advertencia?
La inesperada muerte de Dan Rivera ha dado nuevo impulso a estas narrativas. Para algunos, se trata de una trágica coincidencia. Para otros, un acontecimiento cargado de simbolismo. Rivera, quien dedicó su vida a estudiar y explicar lo inexplicable, falleció mientras cumplía precisamente con esa misión: compartir la historia de uno de los objetos más temidos del mundo.
A pesar del impacto, la NESPR ha decidido continuar con las fechas restantes de la gira. “Creemos con el corazón que Dan hubiera querido que el trabajo continuara, reuniendo a personas, compartiendo conocimiento y honrando la memoria de los Warren”, señalaron desde la organización.
Annabelle permanece en su vitrina. Silenciosa. Observando. Para algunos, es solo una muñeca. Para otros, la más clara advertencia de que hay cosas que escapan a la comprensión.
