La presidenta fue removida por incapacidad moral permanente tras una votación unánime. Su salida abre un nuevo vacío de poder en un país que suma seis mandatarios desde 2018.
LIMA, PERÚ – En una sesión que se prolongó hasta la madrugada de este viernes, el Congreso de la República aprobó por unanimidad —con 118 votos a favor, ninguno en contra y sin abstenciones— la destitución de Dina Boluarte como presidenta del Perú. La medida se tomó tras varias mociones de vacancia por “incapacidad moral permanente”, impulsadas por distintas bancadas parlamentarias.
La mandataria fue citada para ejercer su defensa antes de la votación, pero rechazó presentarse al considerar el procedimiento “inconstitucional”. La decisión se produce en medio de un clima de violencia y criminalidad creciente, marcado por el aumento de los homicidios y las extorsiones que mantienen en alerta a las principales ciudades del país.
Según medios locales, la vacancia contó con el apoyo de sectores de derecha y del fujimorismo, fuerzas que hasta ahora habían respaldado a la mandataria. La crisis política se intensificó luego de que distintas agrupaciones exigieran al Ejecutivo una respuesta efectiva frente a la impunidad con que operan las bandas delictuales.
Boluarte había asumido la presidencia el 7 de diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo, acusado de un intento de golpe de Estado. Su salida genera un escenario institucional complejo: la Constitución peruana establece que el primer vicepresidente asume en caso de vacancia, pero ese cargo estaba vacante. Lo mismo ocurre con la segunda vicepresidencia, por lo que el presidente del Congreso, José Jerí, sería quien deba asumir el mando provisional del país.
El Perú ha atravesado una inestabilidad política sostenida, con seis presidentes en los últimos siete años, entre destituciones, renuncias y crisis de legitimidad.
