Un perro de raza Pit Bull fue asesinado a tiros por un agente de policía fuera de servicio; después de que el perro le arrancara las orejas de un niño de 4 años de edad, durante un ataque en una casa en Fontana, Estados Unidos.
De acuerdo con el Departamento de la Policía de Fontana, la madre del niño gritó pidiendo ayuda. El niño estaba dentro de la casa en el bloque 7600 de la calle Honeysuckle.
Dos oficiales de la Policía de los Ángeles que escucharon los gritos de la madre corrieron a la residencia y encontraron al perro “mordiendo al niño en la cabeza y en la cara”, dijeron las autoridades. Fue entonces, cuando un agente le disparó al Pit Bull.
El pequeño que también recibió heridas profundas en la cabeza fue llevado al Centro Médico de Loma Linda.
La portavoz de la Policía, Martha-Guzmán Hurtado, está investigando si el niño vivía en esa casa o solo estaba de visita.
En el 2011, Fontana adoptó una ordenanza requiriendo a los dueños de perros Pit bull – o mezclados con esta raza- a castrarlos y esterilizarlos antes de los 4 meses.
Hurtado confirmó que el Pit bull que atacó al niño no había sido castrado, lo que contribuyó a su comportamiento agresivo.