El mundo de la música lamenta la partida de Jerry Lee Lewis, considerado la última leyenda de la edad dorada del rock and roll.
El pianista y cantante estadounidense, quien falleció 87 años, se convirtió en pionero e icono del rock and roll en la década de los cincuenta junto a grandes celebridades como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Carl Perkins.
Nacido en septiembre de 1935 en Luisiana, Lewis comenzó a demostrar su talento musical desde su muy temprana juventud, y en su pueblito natal grabó algunas canciones country dentro del veloz y bailable estilo boogie-woogie, dando las primeras señales de la combinación de géneros que más tarde lo ubicarían entre los más destacados de su época.
El músico después de haber estaba internado por neumonía hace unos días, falleció en una casa en Memphis, indico su publicista Zach Farnum, quien argumento que el deceso ocurrió por causas naturales
Jerry Lewis comenzó a tocar el piano a los 9 años imitando los estilos de los predicadores y músicos negros que pasaban por la región.
Después de abandonar la escuela para concentrarse en la música, Jerry viajó en 1956 a Sun Studios en Memphis, donde rápidamente consiguió trabajo como músico de sesión para estrellas como Carl Perkins, Johnny Cash y Elvis Presley.
En 1957, gracias a sus éxitos que entraron en el top 5 como “Great balls of Fire” Lewis ganó fama internacional, aunque su estilo incendiario y letras sugerentes llevaron a algunas estaciones de radio boicotear sus canciones.
Sin embargo, en 1958 estaba cerca de la cima de su popularidad cuando el público se enteró de que se había casado con Myra Gale Brown, su prima hermana. Sin embargo, ella tenía 13 años en ese tiempo y Lewis 22.
El musico también triunfó en la gran pantalla con la película Great Balls of Fire de 1989, el musical biográfico que muestra los momentos trágicos, escándalos, pero, sobre todo, dos de las canciones más importantes de la década de los cincuenta: Whole Lotta Shakin’ Going on y, claro está Great Ball of Fire.