La encuesta del Centro de Estudios Públicos, más conocido como CEP se ha posicionado como el instrumento revelador de la política chilena, algo así como el Oráculo de Delfos. Esta encuesta pareciera ser que condiciona el quehacer político de nuestro país. Veamos que nos dejó esta vez.
El partido del Orden
Los resultados imponen a la opinión pública una realidad a dos bandas, es decir que los únicos competitivos para una eventual carrera presidencial el 2017 serían los expresidentes Sebastián Piñera y Ricardo Lagos. Lo que muchos llaman el partido del orden. Pues el primero obtiene un 14% de la preferencia en la pregunta ¿Quién le gustaría que fuera presidente de Chile? mientras tanto Ricardo Lagos un 5%. A los demás contrincantes que obtienen entre un 3% a un 2% los expertos políticos simplemente los ningunean. Pero lo que poco se refuerza es que ni con un 14% o 5% se es presidente de Chile y que el 62% de chilenos ante la misma pregunta dicen no tener candidato. Este último dato irrefutable da cuenta que los chilenos aún no se definen por uno o más liderazgos claros. Tan solo da cuenta de tibios favoritismos, pero nada concluyente.
Oficialismo desafectado de los problemas de la gente.
Otra interesante pregunta es, ¿Cuáles son los tres mayores problemas de Chile? A saber y según la CEP: Delincuencia, Salud y Corrupción. Muy atrás quedan la educación, pobreza, empleo, desigualdad y reforma constitucional casi no es nombrada. Consistentemente el actual gobierno ha marcado la ruta a seguir basado en sus convicciones profundas de que Chile requiere reformas de alto octanaje (educacional, tributaria y laboral), las cuales una vez habilitadas serán un catalizador de felicidad para todos y la paz reinará en la República. Pareciera ser que el Chile que leen en el Palacio de la Moneda solo existe en el programa de gobierno de la Nueva Mayoría, pues la CEP nos indica que el Chile encuestado quiere más seguridad, mayor cobertura en salud y que la clase gobernante tome medidas para no convertirnos en un país corrupto.
De la aprobación de la Presidenta y los Partidos.
Para muchos analistas de oposición el 15% de la Presidenta Michelle Bachelet de aprobación lo toman con relativa alegría, pues en la centro derecha se sufrió de igual manera cuando el expresidente Sebastián Piñera iba en ciada libre llegando hasta los 20 y algo punto de aprobación. Pues bien, la actual presidenta ha superado todos los records, jamás desde la vuelta de la democracia un mandatario había caído por debajo de los 20 puntos. Esto simplemente no puede alegrar a nadie, en una República como Chile, con excesivos poderes centrados en el ejecutivo. La visión y respaldo del Presidente de turno es importante, tanto para la orgánica interna relación ejecutivo parlamento, como para crear climas de confianza, que permitan apoyar el crecimiento e inversión. Sin embargo, no se llegó a este punto de manera gratuita ni menos por culpa exclusiva de la Presidenta. Por el contrario, toda la clase política ha colaborado a esta desazón generalizada de la gente. Algunos intelectuales dicen que el sistema está colapsado. Me aventuraría a concluir, que la gente no está aburrida de la democracia, es el mejor sistema que tenemos y nadie en su sano juicio propone un gobierno autoritario o populista para salir de esta crisis de confianza. La gente de a pie esta aburrida y decepcionada de una buena parte de los actuales actores políticos. En resumidas cuentas, el teatro esta bueno, tiene buena butacas y buenas instalaciones, pero vendría bien un cambio de elenco que interprete de mejor forma la obra.