LINARES. Una emergencia de alto riesgo se registró la tarde de este miércoles 16 de julio en la intersección de Juan Martínez de Rosa con Los Avellanos, donde un incendio afectó a una estructura utilizada como bodega ilegal, que contenía gran cantidad de materiales inflamables y productos como ají seco, lo que generó una densa nube de humo con efectos irritantes en los voluntarios y residentes del sector.
Debido a la magnitud del siniestro y las dificultades que presentó su control, todas las compañías del Cuerpo de Bomberos de Linares fueron despachadas al lugar. Además, se solicitó refuerzo a las unidades de Yerbas Buenas, Longaví y Colbún, ante la necesidad de equipos de respiración y personal adicional para combatir las llamas.
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Linares, Carlos Retamal, explicó que la estructura no contaba con registros oficiales ni autorización, y que estaba completamente sellada con material metálico, lo que complicó la ventilación y el acceso a las llamas.
“Nos encontramos con una bodega no informada, que contenía materiales altamente combustibles como papeles, confort y gran cantidad de ají, lo que generó un ambiente tóxico. La estructura estaba cerrada por completo con latas, funcionando prácticamente como un horno. Esta situación ha requerido un esfuerzo extendido y especializado para evitar la propagación del fuego”, detalló el comandante.
Producto de la exposición al humo contaminado por el ají, varios bomberos presentaron síntomas de irritación ocular y problemas respiratorios. El SAMU acudió al lugar para asistir a los voluntarios afectados, quienes mostraban signos de deshidratación y fatiga debido a las horas de trabajo.
Ante la complejidad del incendio, se solicitó una retroexcavadora para remover el material acumulado al interior de la estructura y facilitar su extinción definitiva. Las labores continuaron durante varias horas con un amplio despliegue de personal y recursos técnicos.
El incidente volvió a poner en evidencia los riesgos asociados a construcciones no regularizadas en zonas residenciales y la necesidad de fiscalización preventiva.
