A través de un comunicado oficial, el Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Talca confirmó la detección de un caso de escarlatina en un estudiante de primer ciclo básico del Liceo Técnico de la ciudad. La situación fue notificada formalmente el miércoles 23 de julio, tras el diagnóstico emitido por un centro asistencial.
Según informó la entidad, el alumno afectado fue atendido oportunamente y se le indicó un tratamiento antibiótico oral, presentando una evolución clínica estable y permaneciendo en aislamiento relativo como medida preventiva. La escarlatina, también conocida como fiebre escarlata, es una enfermedad bacteriana causada por el Streptococcus pyogenes, que se caracteriza por fiebre, dolor de garganta y un característico sarpullido rojizo que suele iniciar en el cuello y extenderse por el cuerpo.
Ante esta situación, el establecimiento activó un plan de acción que incluyó la coordinación con la Posta Mercedes, la higienización sistemática de las dependencias, el fomento al correcto lavado de manos, el uso preventivo de mascarillas y la solicitud de sanitización general del liceo.
Asimismo, se compartió con la comunidad educativa una serie de recomendaciones para prevenir la propagación de la enfermedad, enfatizando la importancia del lavado frecuente de manos, la no compartición de utensilios personales y la consulta médica ante la aparición de síntomas compatibles con esta patología. Se recordó también que los niños diagnosticados deben permanecer en casa hasta que desaparezca la fiebre y hayan completado al menos 24 horas de tratamiento antibiótico.
Desde el DAEM se llamó a la comunidad escolar a mantener una actitud responsable y preventiva, reforzando las buenas prácticas de higiene, al tiempo que se destacó que, pese a su origen bacteriano, la escarlatina es una enfermedad tratable y con buen pronóstico si se aborda de manera oportuna.
Antecedentes históricos de la escarlatina en Chile
Aunque hoy en día la escarlatina puede tratarse con eficacia, esta enfermedad tuvo un impacto considerable en el pasado. Según registros publicados por SciELO Chile —la biblioteca científica electrónica desarrollada por CONICYT—, la primera mención de esta patología en el país data de 1827. Posteriormente, entre 1831 y 1832, se registró una severa epidemia que afectó principalmente a Valparaíso y Santiago, con miles de fallecimientos reportados.
A lo largo del siglo XIX se documentaron varios brotes en distintas regiones del país, incluyendo Copiapó y Caldera, los cuales fueron objeto de análisis por médicos de la época como Guillermo Blest, Nataniel Cox y José Serapio Lois, quienes describieron distintas formas clínicas de la enfermedad y sus tratamientos.
Si bien estos antecedentes corresponden a una época en la que los recursos sanitarios eran limitados, evidencian la importancia de mantener la vigilancia epidemiológica y aplicar protocolos de prevención como los que actualmente se implementan en el sistema educativo.