Daños estructurales comprometen la capacidad de aislamiento del Arca de Chernóbil, aunque expertos descartan riesgos inmediatos de radiación a gran escala
KIEV, UCRANIA – El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó que el escudo protector que cubre el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil ya no puede cumplir plenamente su función de contención, luego de los daños provocados por un ataque con drones en febrero de este año. La evaluación técnica confirmó que la gigantesca estructura —conocida como el Arca de Chernóbil— perdió sus funciones de seguridad primarias, incluida la capacidad de aislamiento, situación que obliga a implementar reparaciones urgentes.
El ataque, que según Ucrania fue ejecutado por Rusia —acusación que el Kremlin negó—, perforó el techo exterior y capas internas de la cubierta, provocando un incendio en el revestimiento de acero. Como resultado, el orificio estimado supera los 15 metros cuadrados, según el especialista de Greenpeace, Shaun Burnie, quien inspeccionó el lugar horas después del incidente.
La misión del OIEA completó recientemente una revisión exhaustiva del estado del complejo, constatando que los daños reducen a cero la vida útil proyectada del Arca, inicialmente diseñada para proteger por 100 años la estructura interna conocida como el sarcófago, construida por la Unión Soviética tras la explosión de 1986.
Pese a la gravedad técnica del diagnóstico, expertos internacionales subrayan que no existe un riesgo inmediato de expansión significativa de radiación, dada la naturaleza del material presente y la estabilidad actual de los niveles ambientales.
Widespread military activities overnight affected electricity grid and prompted Ukraine’s operating NPPs to reduce output.
DG @rafaelmgrossi reiterates call for military restraint to avoid a nuclear accident.— IAEA – International Atomic Energy Agency ⚛️ (@iaeaorg) December 6, 2025
El investigador ambiental Jim Smith, de la Universidad de Portsmouth, afirmó que el principal peligro potencial es el polvo radiactivo, aunque precisó que “el riesgo es bajo” debido a que dicho material se encuentra contenido en un espesor de hormigón bajo la estructura dañada. Otros especialistas, como Robert Kelley, del Instituto SIPRI, agregan que la radiación directa que podría filtrarse no tendría alcance mayor a dos kilómetros alrededor de la central.
La explosión de Chernóbil en 1986 dispersó material radiactivo a gran parte de Europa y desencadenó una emergencia de salud pública sin precedentes. Para contener sus efectos, se levantó un sarcófago cuya vida útil de tres décadas exigió posteriormente la instalación del Arca, concluida en 2016.
A pesar de que los sistemas de soporte y monitoreo no presentan daños permanentes, el director general del OIEA, Rafael Grossi, advirtió que una restauración integral es indispensable. “Una reparación oportuna sigue siendo esencial para evitar una mayor degradación y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”, señaló.
El organismo también continúa supervisando infraestructura energética crítica en Ucrania, incluidas las subestaciones que abastecen de electricidad a las centrales nucleares, mientras el país enfrenta nuevos ataques aéreos, como los recientes bombardeos nocturnos contra la ciudad industrial de Kremenchuk.

