Jornada regional reunió a la red asistencial para fortalecer protocolos y coordinación frente a olas de calor que podrían superar los 38 grados en el Maule.
REGIÓN DEL MAULE – Frente a un escenario climático que proyecta temperaturas superiores a los 38 grados y una mayor frecuencia de olas de calor, el Servicio de Salud Maule (SSM) desarrolló la 4ª Jornada de Gestión Integral del Riesgo de Desastres, instancia orientada a fortalecer la preparación sanitaria y la capacidad de respuesta de la red asistencial ante los riesgos que el calor extremo representa para la población.
La actividad convocó a coordinadores de emergencias de hospitales y de atención primaria de toda la región, integrantes de los Comités de Gestión del Riesgo de Desastres (COGRID) y especialistas del ámbito académico y sanitario, permitiendo analizar escenarios críticos, reforzar protocolos y mejorar la articulación entre los distintos niveles de atención frente a eventos climáticos extremos.
Durante la jornada, el investigador del Centro de Investigación en Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, Patricio González Colville, expuso sobre la evolución de las temperaturas en la región. “Desde 2023 se ha vuelto habitual registrar temperaturas sobre los 38 grados en ciudades como Talca, Curicó y Linares, y sobre los 40 grados en sectores como Cauquenes, donde incluso se han alcanzado los 44 grados. Este escenario tiene un impacto directo en la salud de las personas”, advirtió.
El especialista explicó que las condiciones geográficas del Maule, como la concentración urbana y el secano costero, favorecen la acumulación de calor, intensificando el fenómeno de isla de calor urbana, lo que afecta tanto la habitabilidad de las viviendas como el descanso nocturno. “Temperaturas superiores a los 37 grados pueden provocar descompensaciones graves e incluso la muerte, especialmente en personas mayores, pacientes crónicos y trabajadores expuestos al sol. Por eso es clave avanzar en medidas de adaptación y prevención”, agregó.
Coordinación sanitaria y preparación anticipada
Desde el Servicio de Salud Maule, el coordinador de la Unidad de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres, Patricio Cornejo Oróstica, destacó que la jornada permitió alinear a la red asistencial ante un verano que se anticipa exigente, caracterizado por altas temperaturas, sequedad ambiental y una mayor presión sobre el sistema de salud.
“Reunir a los equipos de hospitales y atención primaria nos permite fortalecer la coordinación, compartir información técnica y prepararnos de manera anticipada para resguardar la continuidad de la atención de salud frente a escenarios cada vez más complejos”, señaló. Asimismo, indicó que los análisis presentados proyectan un verano muy seco, con mayor probabilidad de olas de calor prolongadas, lo que podría traducirse en un aumento de consultas de urgencia y descompensaciones de enfermedades crónicas.
Mirada epidemiológica y aprendizajes recientes
La jornada incluyó la exposición del Dr. Roberto Peña, jefe de la Unidad de Epidemiología del SSM, quien abordó el impacto del calor extremo desde una perspectiva epidemiológica, subrayando la importancia de mantener una vigilancia permanente, especialmente en los grupos de mayor riesgo, y analizando además la relación entre cambio climático y salud durante el presente año.
A ello se sumó la presentación del Dr. Erich Liebig Risso, especialista en gestión de emergencias, quien compartió aprendizajes derivados de la respuesta sanitaria frente a los incendios forestales ocurridos en la Región de Valparaíso en 2024, enfatizando la relevancia de la toma de decisiones técnicas, la continuidad operativa de los establecimientos de salud y la preparación anticipada.
La actividad concluyó con una exposición sobre emergencias químicas, orientada a fortalecer las capacidades técnicas de los equipos de salud, junto con una evaluación del trabajo desarrollado durante el año y la definición de líneas de acción prioritarias para el próximo período.
Desde el Servicio de Salud Maule se recalcó que la anticipación, la coordinación y el trabajo técnico sostenido serán factores clave para enfrentar un verano que se proyecta especialmente desafiante para la región, con el objetivo de proteger la salud de la población y asegurar la continuidad de la atención sanitaria.

