La médica veterinaria Rocío Lagos, académica de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH), alertó sobre la presencia de la bacteria Klebsiella en perros y gatos, un patógeno oportunista que puede provocar diversas infecciones y que presenta una creciente resistencia a los tratamientos antimicrobianos disponibles.
De acuerdo con la especialista, Klebsiella puede afectar distintos tejidos de los animales, especialmente cuando existe alguna enfermedad previa, lesiones o un sistema inmune debilitado. “Esta bacteria puede encontrarse en varios tejidos de nuestras mascotas cuando están enfermas, especialmente si hay lesiones o alteraciones en sus defensas”, explicó Lagos.
Entre las afecciones más comunes derivadas de este patógeno, se encuentran infecciones del tracto urinario como cistitis, bronconeumonía, supuraciones en heridas postquirúrgicas e incluso peritonitis en casos de traumas abdominales.
Mayor riesgo en condiciones clínicas específicas
La docente de la UOH indicó que el riesgo de infección por Klebsiella aumenta en contextos clínicos como hospitalizaciones prolongadas, uso previo de antibióticos, procedimientos invasivos y exposición a ambientes contaminados. “Es una bacteria que puede estar presente en hospitales veterinarios y objetos contaminados. La inmunosupresión, enfermedades crónicas o la edad avanzada también predisponen a nuestras mascotas a desarrollar infecciones”, señaló.
Los signos clínicos varían según el órgano afectado, e incluyen desde sangre en la orina, tos y secreción nasal, hasta fiebre, falta de apetito y letargo. Para su diagnóstico, es fundamental realizar exámenes específicos como cultivos bacterianos y antibiogramas, que permiten identificar la cepa y su nivel de resistencia.
Resistencia antimicrobiana: una amenaza creciente
Uno de los principales factores de preocupación, según Rocío Lagos, es el incremento de cepas resistentes a múltiples tratamientos. “La cepa ST307 detectada en Chile mostró resistencia múltiple a antibióticos, incluyendo carbapenémicos y desinfectantes. Esto ha derivado en fallos terapéuticos, hospitalizaciones prolongadas y mayor mortalidad en pacientes veterinarios. En Ñuble, el 100% de las cepas analizadas portaban genes de resistencia”, precisó.
Frente a este escenario, la experta hizo un llamado a extremar las medidas de prevención, recomendando el uso prudente y bajo prescripción médica de antimicrobianos, especialmente fluoroquinolonas y cefalosporinas. Asimismo, enfatizó la importancia de mejorar los protocolos de bioseguridad en clínicas veterinarias y evitar dietas crudas en mascotas, debido al riesgo de transmisión de bacterias resistentes.
Un enfoque integral para enfrentar la amenaza
Finalmente, la médica veterinaria subrayó la urgencia de aplicar el enfoque One Health, que reconoce la interconexión entre la salud animal, humana y ambiental. “La vigilancia epidemiológica conjunta es esencial para contener patógenos multirresistentes. La detección temprana y el manejo responsable de los tratamientos son fundamentales para mitigar los riesgos”, concluyó.