Un potente gesto simbólico protagonizó la activista francesa Henda Ayari, exmusulmana y crítica del salafismo, al quitarse el hiyab en vivo durante una emisión del programa de televisión Salut les Terriens. El acto se produjo en respuesta a la reciente suspensión en Irán de la ley que obligaba a las mujeres a usar velo en espacios públicos, y ha sido interpretado por muchos como un mensaje de apoyo y liberación hacia quienes durante años han luchado por su derecho a elegir.
Durante el segmento televisivo, Ayari se despojó primero del velo que cubría su nariz y boca, y luego del que cubría su cabeza, dejando al descubierto su cabello, lo que fue recibido con aplausos en el estudio. La activista explicó que su gesto representa su historia de emancipación personal tras años de opresión, pero también su solidaridad con las mujeres iraníes que desde hace décadas enfrentan restricciones impuestas por el régimen teocrático.
La acción ocurrió en medio de un cambio significativo en Irán. La semana pasada, el presidente del Parlamento iraní, Mohamed Bagher Ghalibaf, confirmó que la controvertida ley del hiyab no será promulgada por el momento, de acuerdo con la decisión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, órgano con autoridad constitucional para revisar resoluciones del Parlamento y del Gobierno.
La normativa en cuestión, aprobada el año pasado por un Parlamento de mayoría conservadora, contemplaba sanciones severas contra las mujeres que no usaran el velo islámico: multas, suspensión de servicios públicos e incluso penas de cárcel en casos de reincidencia.
Aunque la medida ha sido celebrada por muchos como un avance hacia mayores libertades, expertos advierten que la obligatoriedad del hiyab no ha sido abolida, sino suspendida, y que su futuro dependerá de futuras definiciones por parte de las autoridades religiosas y políticas del país.
Un cambio bajo presión social
La suspensión de la ley se interpreta como una respuesta a la presión social interna, marcada por protestas masivas tras la muerte de Mahsa Amini en septiembre de 2022. La joven kurda iraní falleció mientras estaba bajo custodia de la Policía de la Moral, tras ser detenida por no llevar correctamente el hiyab. Su caso desató una ola de manifestaciones a nivel nacional e internacional exigiendo justicia y mayores libertades para las mujeres en Irán.
Desde la Revolución Islámica de 1979, el uso del velo ha sido obligatorio en Irán. Durante décadas, mujeres que desobedecían esta norma enfrentaban represalias, que iban desde advertencias y sanciones económicas, hasta prisión y otras medidas punitivas.
En ese contexto, el gesto de Henda Ayari cobra un significado especial al visibilizar las luchas por la autonomía y la libertad de elección de las mujeres. A la vez, abre nuevamente el debate sobre los derechos de las mujeres musulmanas, tanto en países donde se impone el uso del hiyab como en aquellos donde se prohíben ciertas prendas religiosas, como ocurre en parte de Europa.
Un símbolo que trasciende fronteras
Mientras algunos observadores ven en la suspensión de la ley iraní un primer paso hacia cambios más profundos en la región, también recuerdan que el camino hacia la equidad de género en contextos religiosos y políticos complejos sigue siendo largo. Países como Arabia Saudita han iniciado reformas graduales en años recientes, permitiendo por ejemplo que las mujeres conduzcan vehículos o asistan a eventos deportivos.
Sin embargo, para miles de mujeres en Irán y en otros países, la posibilidad de elegir libremente si usar o no el hiyab sigue siendo una demanda vigente y urgente.