El Ejecutivo dio luz verde a la adquisición de armas eléctricas no letales, que serán implementadas en un plan piloto enfocado en casos de violencia intrafamiliar.
SANTIAGO, CHILE – El Gobierno autorizó a Carabineros la compra de pistolas tipo taser, dispositivos de inmovilización eléctrica considerados armas no letales y cuyo uso había sido postergado desde marzo de este año.
El 18 de agosto, Carabineros ingresó un oficio a la Subsecretaría de Seguridad Pública solicitando la autorización, la cual fue finalmente otorgada tras un proceso de revisión administrativa y consultas con actores civiles. Con ello se iniciará el plan de adquisición de estos equipos, cuyo valor por unidad bordea los $5 millones, y que será acompañado de programas de capacitación para los funcionarios que los porten.
Plan piloto y foco en VIF
El entonces subsecretario del Interior y actual ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, había anticipado en febrero que la implementación sería inicialmente en la Región Metropolitana y enfocada en procedimientos de violencia intrafamiliar (VIF).
“Se va a realizar un plan piloto en la Región Metropolitana, con foco en casos de violencia intrafamiliar. Los resultados de ese piloto se darán a conocer públicamente, pero el protocolo ya ha sido aprobado por Carabineros”, señaló la autoridad en su momento.
Debate y controversia
La incorporación de estas armas generó debate en la Unidad Consultiva convocada por el Gobierno, donde se evaluaron los alcances éticos y de seguridad en torno a su uso. Finalmente, el Ejecutivo resolvió dar curso al plan, condicionando la implementación a certificación obligatoria de los funcionarios y a una evaluación pública de resultados tras el piloto.
Con esta decisión aprobada el martes 26 de agosto, Carabineros inicia el proceso de compra de las últimas versiones del modelo DATE, al tiempo que se define el cronograma de capacitación de efectivos y los parámetros de control sobre su aplicación en terreno.
Características del dispositivo
Las pistolas taser funcionan a través del disparo de dos dardos conectados a cables conductores, que transmiten una descarga eléctrica al objetivo. Esta provoca contracciones musculares involuntarias que generan una inmovilización temporal de aproximadamente 5 segundos, lo que permite a los policías controlar situaciones de riesgo sin recurrir al uso de fuerza letal.
El protocolo aprobado establece que el dispositivo no podrá ser utilizado contra niños, niñas y adolescentes, ni apuntar a ojos, genitales u órganos vitales.