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Proyectan brotaciones tempranas y riesgo de estrés hídrico por altas temperaturas en la zona central

El reciente informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) indicó que en el Pacífico ecuatorial persisten condiciones neutrales del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), las cuales podrían mantenerse durante todo el trimestre julio-septiembre. Este escenario, sumado a las temperaturas máximas por sobre lo habitual pronosticadas por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) para la zona central, podría generar brotaciones tempranas en cultivos frutales y un aumento del estrés hídrico en los sistemas productivos.

La ingeniera agrónoma Viviana Tudela, docente de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la Universidad de O’Higgins (UOH), explicó que se espera una probabilidad del 68% de condiciones neutrales para el trimestre julio-agosto-septiembre, y un 56% para el siguiente. A partir de septiembre, en tanto, aumentaría la probabilidad de condiciones La Niña, manteniéndose la incertidumbre climática.

Mayor acumulación térmica podría adelantar brotaciones

Según Tudela, las altas temperaturas máximas podrían acelerar la brotación en frutales caducifolios al incrementar la acumulación de días/grado, siempre que se haya cumplido al menos un 70% del requerimiento de frío. En caso contrario, es posible recurrir a compensadores químicos, como la cianamida hidrogenada, para estimular el desarrollo.

Sin embargo, la experta advirtió que un adelanto en el desarrollo vegetativo aumenta el riesgo de daños por heladas, ya que las yemas en brotación temprana quedan más expuestas a bajas temperaturas. “Un adelanto en la brotación podría incrementar eventualmente la probabilidad de daños por heladas en frutales caducifolios”, precisó.

Riesgo de estrés hídrico y menor rendimiento en cultivos

La docente también alertó sobre una disminución en las precipitaciones durante el trimestre julio-septiembre, lo que, junto con temperaturas elevadas, aumentaría la demanda hídrica de los cultivos. Esta situación podría provocar estrés hídrico, afectando especialmente a los cereales de invierno en secano y a las praderas naturales.

“Precipitaciones bajo lo normal afectarían el rendimiento de cereales de invierno en secano. Temperaturas más altas generarían una demanda hídrica mayor, potenciando una posible reducción del rendimiento”, explicó Tudela.

Recomendaciones ante un escenario incierto

Frente a este panorama, la académica recomendó mantener sistemas de monitoreo agroclimático actualizados y consultar los pronósticos de la Dirección Meteorológica de Chile y de la Red Agroclimática Nacional, a fin de anticiparse a eventos críticos y tomar decisiones estratégicas.

Entre las medidas sugeridas por la experta se encuentran:

  • Ajuste de fechas de siembra
  • Uso de coberturas térmicas
  • Diversificación de variedades según su tolerancia al frío
  • Adecuación de las dosis y fechas de aplicación de compensadores de frío en frutales

En cuanto a la situación específica de la Región de O’Higgins, Tudela advirtió que las temperaturas mínimas aún presentan alta variabilidad, por lo que la ocurrencia de heladas sigue siendo una amenaza latente para los cultivos más sensibles.

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