Investigación destaca que entre el 70 % y el 80 % de las personas reporta soñar en color, aunque la memoria influye en la percepción
INTERNACIONAL – Un reciente artículo aborda una de las preguntas más curiosas de la neurociencia del sueño: ¿las personas sueñan en color o en blanco y negro?. El estudio señala que entre el 70 % y el 80 % de las personas afirma soñar en color, aunque este porcentaje podría ser mayor, considerando que los recuerdos de los sueños suelen desvanecerse con rapidez.
Los investigadores utilizan técnicas como el electroencefalograma (EEG) para identificar la fase REM del sueño, momento en que los sueños son más frecuentes. En este estado, los ojos del soñador se mueven rápidamente de un lado a otro, lo que se interpreta como exploración dentro del propio sueño. En ese punto, los científicos despiertan a los participantes y les consultan qué estaban pensando o visualizando.
El artículopublicado en The Conversation explica que la edad y los medios de comunicación vividos durante la infancia influyen en cómo se recuerdan los sueños. Personas mayores, que crecieron viendo televisión y fotografías en blanco y negro, tienden a reportar más sueños sin color, mientras que las generaciones más jóvenes recuerdan sueños con colores vivos.
El estudio también señala que las personas ciegas sueñan, aunque con diferencias: quienes perdieron la visión después de los 5 o 6 años incluyen imágenes visuales en sus sueños, mientras que quienes nacieron ciegos o perdieron la vista antes de esa edad sueñan con estímulos ligados al resto de los sentidos, como sonidos, olores o sensaciones táctiles.
Por otra parte, se destaca que la mayoría de los sueños se olvidan rápidamente, ya que durante la fase REM el hipocampo, área encargada de la memoria a largo plazo, se mantiene inactivo. Esto explica por qué, aunque se sueñe con escenas vívidas, muchas veces se olvidan minutos después de despertar.
Finalmente, la publicación aclara que, a diferencia de las teorías de Sigmund Freud sobre significados ocultos, la ciencia actual coincide en que los sueños no poseen un contenido simbólico profundo, sino que reflejan la actividad cerebral durante el descanso.