Organismos internacionales condenan el hecho y acusan a Israel de un atentado contra la libertad de prensa
GAZA, FRANJA DE GAZA – El Ejército israelí mató al periodista palestino Anas al Sharif, de 28 años, reconocido reportero de la cadena catarí Al Jazeera, junto a otros cinco miembros de su equipo, en un bombardeo de precisión contra una carpa de prensa situada cerca del hospital Al Shifa, en la Ciudad de Gaza. Según Al Jazeera, el ataque dejó en total siete personas fallecidas.
Entre las víctimas también se encuentran el corresponsal Mohammed Qreiqeh, los camarógrafos Ibrahim Zaher, Mohammed Nufal y Moamen Aliwa, y el periodista Mohamed al Khalidi, quien trabajaba para el medio palestino Sahat. Con estas muertes, el número de informadores asesinados por Israel en Gaza asciende a 238, de acuerdo con el recuento del Gobierno gazatí.
Minutos antes de su muerte ocurrida el pasado domingo 10 de agosto, Al Sharif publicó en la red social X un video mostrando los intensos bombardeos sobre la capital. En otro mensaje advirtió: “Si esta locura no termina, Gaza quedará reducida a ruinas, las voces de sus gentes silenciadas, sus caras borradas. Y la historia los recordará como testigos silenciosos de un genocidio que decidieron no detener”.
El Ejército israelí reconoció la autoría del ataque, acusando a Al Sharif de estar vinculado al grupo islamista Hamás, argumento que no ha sido respaldado con pruebas concluyentes y que organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) han calificado como insuficiente para justificar un ataque letal contra un periodista.
La cadena Al Jazeera condenó lo que calificó como un “asesinato selectivo” y “flagrante atentado contra la libertad de prensa”, responsabilizando al Gobierno israelí de incitar y justificar agresiones contra sus corresponsales en Gaza. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) también denunció el ataque, cuestionando la práctica israelí de etiquetar a reporteros como combatientes sin pruebas creíbles.
En el contexto de la guerra, Israel mantiene prohibida la entrada de medios internacionales a Gaza, por lo que la cobertura recae casi exclusivamente en periodistas locales, quienes sufren las mismas condiciones de inseguridad y carencias que el resto de la población.
Este ataque ocurre un día después de que el Ejecutivo israelí anunciara el inicio de una ofensiva terrestre sobre la Ciudad de Gaza, lo que ha provocado críticas internacionales y preocupación por el agravamiento de la crisis humanitaria en el enclave palestino.