El proyecto busca precisar el alcance de la normativa e introducir excepciones para materiales reciclables y biodegradables
VALPARAÍSO, CHILE – La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó y despachó a segundo trámite el proyecto que modifica la Ley 21.368, que regula la entrega de productos plásticos de un solo uso (boletín 17.547).
La iniciativa se originó en una moción del diputado José Carlos Meza, junto a Sara Concha, Eduardo Cornejo y Hugo Rey, y obtuvo 97 votos a favor, 28 en contra y 12 abstenciones. Su objetivo es otorgar mayor certeza en la aplicación de la normativa, además de exceptuar a productos fabricados con papel, cartón u otros materiales reciclables o reutilizables.
En la votación en Sala también se respaldó, con 99 votos a favor, 11 en contra y 27 abstenciones, la indicación presentada por el diputado Felipe Donoso y la diputada Flor Weisse. Esta propuesta modifica el artículo 3° de la ley, permitiendo la entrega de productos de un solo uso elaborados con madera, papel y cartón certificados biodegradables en el consumo al interior de establecimientos.
El proyecto incorpora además una precisión para el consumo fuera del establecimiento, autorizando productos desechables de materiales valorizables distintos del plástico. Esto aplica a espacios habilitados para eventos no permanentes, como fiestas costumbristas o actividades musicales, siempre que se asegure la valorización de los residuos generados.
Respecto a la entrada en vigencia, la norma fija un plazo de seis meses tras la publicación del reglamento.
Durante el debate, parlamentarios como Marta Bravo, José Carlos Meza, Miguel Mellado y Jaime Araya apoyaron la moción, señalando que si bien la ley ha reducido el uso de plásticos, su redacción ha perjudicado a pequeñas empresas y pymes, al prohibir utensilios que sí son reciclables o biodegradables. El diputado Meza argumentó que la modificación busca “aplicar sentido común y permitir materiales alternativos como madera, cartón o papel”.
En contraste, los diputados Hernán Palma y Félix González rechazaron la propuesta, calificándola como un retroceso. Advirtieron que la crisis global del plástico es urgente, y que la contaminación por microplásticos ya se encuentra en el aire, el suelo, los alimentos y los océanos. Sostuvieron además que los pequeños comercios se han adaptado a la ley, mientras que grandes empresas continúan utilizando elementos contaminantes y presionando para evitar la plena aplicación de la normativa.