El recordado músico curicano, fundador del dúo ranchero más popular de Chile, dejó un legado imborrable en la música popular.
MOLINA, REGIÓN DEL MAULE – La música ranchera chilena está de luto. Este 11 de noviembre falleció Rafaelito Alcaíno Leiva, conocido artísticamente como “Rafaelito de Los Luceros del Valle”, destacado acordeonista, vocalista y compositor, quien marcó a generaciones con su talento, humildad y trayectoria de casi cinco décadas.
La noticia fue confirmada por su grupo a través de su cuenta oficial en Facebook:
“Con una pena tremenda, les comentamos que acaba de fallecer Rafaelito Alcaíno, de un paro respiratorio. Estamos destrozados como grupo”, señalaron sus compañeros.

Una vida dedicada a la música
Nacido el 10 de agosto de 1950 en la comuna de Molina, Rafaelito creció entre La Isla (Sagrada Familia), Curicó y los campos del Maule. Tras la muerte de su padre cuando tenía apenas ocho años, comenzó a trabajar junto a su hermano para sostener a su familia, encontrando en la música su camino de vida.
Pese a su discapacidad visual desde la infancia, su oído privilegiado y su talento natural lo convirtieron en un referente de la música popular. A los pocos años, recorría las calles de Curicó y Talca interpretando canciones con su guitarra, hasta que un gesto de bondad cambió su destino:
“Un señor que me vio cantando en el Paseo Ahumada, don Hernán Cousiño, me regaló mi primer acordeón, con la cual hice mis primeras grabaciones profesionales”, recordaba en entrevistas.
En 1974, conoció a Óscar Insunza en los trenes que recorrían Chile, dando origen al legendario dúo Los Luceros del Valle, una de las agrupaciones más emblemáticas de la música mexicana en el país.
Los Luceros del Valle: historia y legado
Los Luceros del Valle irrumpieron en la escena musical nacional mezclando corridos, cumbias y letras picarescas. Su éxito “El animalito” se convirtió en un clásico popular, junto a otros temas como “Prieta linda”, “Las sabaneras” y “Vivo en tinieblas”, este último de carácter testimonial.
“Vivo en tinieblas como si fuera un sueño, pero veo con los ojos del corazón”, solía decir Rafaelito, reflejando su profunda fe y resiliencia.
El dúo trabajó con sellos como Sol de América y EMI, recorriendo escenarios de todo Chile y el extranjero. Posteriormente, Rafaelito continuó su carrera liderando su nueva agrupación “Rafaelito y sus Luceros”, con la que siguió grabando y realizando presentaciones en Chile y Argentina.
Reconocimientos y trayectoria
Durante su carrera, Rafaelito recibió numerosos reconocimientos, entre ellos:
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Disco de Oro en 1976.
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Medalla por los 50 años de trayectoria musical otorgada por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD).
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Presentaciones en programas como “Sábados Gigantes” y “El Festival de la Una”.
El artista siempre destacó el valor de la gratitud y la fe. “Doy gracias a Dios por el don que me dio, por poder cantar y hacer feliz a tanta gente”, expresó en una de sus últimas entrevistas.
Despedida de un ícono popular
Rafaelito enfrentó con fortaleza la pérdida de su esposa Anita Ester Arteaga, con quien compartió escenario y grabaciones. “Ella fue el mayor regalo que me dio la vida”, confesó en su momento.
Su partida deja un vacío en el corazón de sus seguidores, colegas y familiares, pero su voz y su acordeón seguirán sonando en las radios, festivales y recuerdos de miles de chilenos que crecieron con su música.

